El puente que alguna vez conectó la localidad de San Ramón con Medinas, Los Guchea y La Trinidad, se transformó en una postal del olvido. Desde su colapso en 2021, los pobladores de Humaitá II, una zona rural del interior profundo de Tucumán, esperan la reconstrucción de una obra clave para la circulación y el acceso a servicios básicos.

La comuna de Medinas, entonces a cargo de Diego Figueroa y con Teresa Gómez como subcomisionada, anunció en abril de 2022 la reparación del puente. En las publicaciones oficiales se mostraban tubos adquiridos para “dar solución definitiva” al problema. Un año después, en enero de 2023, se difundió un nuevo anuncio titulado “Una necesidad, un compromiso hecho realidad”. Pero al llegar al lugar, el equipo de VIVO Multimedios comprobó que la obra era apenas un paso precario de tierra sobre tubos mal instalados, que fueron arrastrados por la creciente de la acequia.

Con el correr de los meses, los mismos vecinos improvisaron pasos con bolsas llenas de tierra para poder circular, aunque el peligro persistía. Finalmente, en 2024, ya bajo la gestión de Teresa Gómez como comisionada, la comuna decidió retirar los tubos, que quedaron tirados al costado de la acequia, junto al camino donde antes existía el puente. Desde entonces, no se volvió a trabajar en el lugar.

El resultado es una comunidad incomunicada. Los vecinos no pueden transitar, los vehículos no ingresan y el acceso a salud, trabajo o alimentos se volvió un calvario. “Nos sentimos abandonados”, expresó Norma Castillo, una de las entrevistadas actuales, quien pidió públicamente “aunque sea un puentecito para que pasen las bicicletas y las motos”.

A su lado, Antonio Lucena detalló que deben atravesar cañaverales o dar extensos rodeos para llegar a Medinas. “Para ir a comprar un kilo de pan tenemos que hacer kilómetros. Las ambulancias ya no entran”, relató.

La historia tiene un tinte aún más doloroso: Antonio Vivanco, vecino que había participado en la entrevista realizada por este medio en 2023, falleció este lunes sin haber visto concretada la obra por la que tanto luchó.

Cuatro años después de los primeros anuncios, el puente sigue sin existir. Los tubos permanecen abandonados a un costado del camino y los pobladores de Humaitá II continúan reclamando una solución que nunca llega.